Pasos para educar a hijos independientes, seguros y capaces de tolerar la frustración
El papel de padre y madre, sin duda, aunque muy deseado nadie ha dicho que sea fácil. Todos aprendemos a medida que cometemos errores, que tenemos más experiencia, y en la mayoría de casos a ciegas.
Muchas veces en nuestro afán de proteger a nuestros pequeños nos excedemos a la hora de educarlos, ejerciendo un gran control sobre ellos, controlando sus acciones para evitar que se equivoquen y resolvemos todos sus problemas. La intención para nosotros es buena, pero las consecuencias a la larga serán más negativas que positivas porque no serán hijos independientes.
Sin duda en cada etapa nuestros vástagos requieren diferentes cuidados de nosotros. Al principio serán mucho más dependientes y vulnerables, pero a medida que vayan creciendo deberemos dejarles más espacio y no ejercer tanto control sobre ellos, para que poco a poco crezcan siendo más independientes, más seguros y con mejor autoestima.
Esto no significa que los abandonemos a su suerte, sino que aunque siempre estemos para lo que necesiten, poco a poco vayamos estirando el cordón umbilical que nos une a ellos.
Seguro que pensáis que lo difícil es saber cómo y cuándo hacerlo. Yo os diría que desde el primer día debemos ir dándoles lo que necesitan y a medida que crecen dejarles más espacio. Algunos de los aspectos que podéis tener en cuenta son:
- Establecer un vínculo de seguridad
Si nosotros somos desconfiados y le transmitimos desconfianza, crecerán desconfiados, si les criamos sin temor, crecerán siendo niños valientes, si les criamos temerosos se convertirán en adultos temerosos, si les criamos en la libertad, crecerán siendo adultos libres…
Evitemos transmitirles sensación de peligro y desconfianza
Frases como: “¡cuidado, te vas a caer!, ”ten cuidado cuando salgas por la noche”; “no te acerques a esa persona”; “la gente es muy perversa”; “no te puedes fiar de nadie”, hará que tome este tipo de creencias como propias y que se presente ante los demás con ese miedo y esa desconfianza.
- Dejarles equivocarse
No nos gusta que cometan errores, que metan la pata y esto hace que muchas veces resolvamos sus problemas, con lo que ellos no van a confiar en sí mismos para hacerlo.
Evitar también, regañarles y castigarles por sus errores, sino hacerles ver qué pueden aprender con ello para que no vuelva a ocurrir si está en sus manos.
- Cuidar nuestro lenguaje
«Eres tonto, eres un inútil”, frases de este tipo hacen un gran daño porque los pequeños crecen con la creencia de que esto es cierto y que siempre ocurre. Así que transformad esa frase por “estás tonto”, “estás inútil” en ese momento, no para siempre.
- Trabajar la confianza en casa
Siempre hay parcelas que deben quedar para ellos, pero es importante tener una posibilidad de diálogo, que ellos sepan que cuando quieran y lo necesiten sus padres estarán para escucharles.
- Ponerse en su lugar
Para los adultos ciertos problemas pueden ser tontos pero no es así para ellos. Que sientan que sus padres los entienden e incluso que han pasado por lo mismo hará que se sientan más escuchados y respetados.
- Transmitirles coherencia
Que no vean que sus padres a la hora de educarles cambian drásticamente de opinión y no hay un rumbo marcado, porque esto sólo les quitará seguridad.
- Enseñarles a tolerar la fustración
Como niños que son lo quieren todo en el momento y no entienden que no siempre se consigue lo que se quiere. Esto les lleva en muchos casos a desarrollar y a expresar su ira.
Enseñarles a que os expliquen lo que sienten, que le pongan nombre, hacerles ver que no siempre las cosas salen a la primera ni como queremos, e incluso ayudarles con ejemplos cotidianos les harán asimilar mejor la frustración.
Espero que mis consejos te ayuden a criar a hijos independientes, felices y sin miedos. Y recuerda que esto es tan importante como educarles en inteligencia emocional. Seguro que con todas estas pautas, se hará el camino más fácil y sobre todo, más tranquilo y gratificante. ¡Ánimo en esta aventura!