¿Qué puedo hacer?

No puedo perdonar el daño que me han hecho.

Cuando nos sentimos heridos, hay una necesidad de permanecer con ese dolor, como si no quisiéramos pasar página porque eso significaría que se ha olvidado este dolor. Es cuando dices: “No puedo perdonar”.

Pero si no somos capaces de perdonar y mantenemos ese rencor es muy difícil seguir hacia delante, porque es como una goma extensible a la que nos sentimos unidos y que de vez en cuando tira de nosotros hacia el pasado.

El perdón es un acto que nos libera, porque con él se eliminan sensaciones y emociones negativas que nos acompañan. Si bien no significa olvidar, cuando perdonamos algo o a alguien, somos capaces de convivir sin recordar en cada momento lo que ocurrió y sin que vuelvan a aparecer los mismos sentimientos.

Perdonar requiere su tiempo y es un proceso lento que necesita ir cubriendo sus tiempos. Cubre una necesidad en la persona que perdona y que de alguna manera le hará sentir mejor.

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Si sientes que tienes una deuda pendiente, que necesitas perdonar para continuar, es importante que tengas en cuenta lo siguiente:

Reconoce el daño que se te causó

Y también para qué tienes la necesidad de perdonar. De qué te liberará y qué te aportará.

Estate seguro de que quieres hacerlo

Más allá de una imagen pública que puedas proyectar, o de que se produzca bajo la petición de otra persona, tú debes estar seguro de que quieres perdonar y que es el momento de hacerlo.

Detecta qué parte de ti está dañada

Piensa qué parte de ti dañó la ofensa y qué ha producido en ti. Más allá de lo que veas en un primer momento, observa más en tu interior.

Expresa lo que sientes

Hazlo siempre desde la asertividad sin hacer daño a otros, expón tu dolor. Es importante que se lo hagas ver a la otra persona para que pueda empatizar contigo.

Reconoce si eres responsable

Recapacita si tienes responsabilidad de algo de lo que ha ocurrido o de cómo han transcurrido los hechos. Si hay algo que podías haber cambiado.

Ponte en el lugar del otro

Ponte en el lugar de la otra persona que te hizo daño o qué le llevó a hacértelo. No se trata de olvidar, sino de entender qué le hizo comportarse así.

Expón tus límites

Qué barrera decides que no se traspase, para que esto no vuelva a ocurrir. Así te podrás proteger.

Observa el hecho desde distintos puntos de vista

De tal manera que en algunos casos te hará valorar la ofensa de distinta manera, e incluso verlo sin la misma importancia.

Perdona y déjalo atrás

Si has decidido perdonar no vuelvas a remover el pasado.

Si sigues estas pautas estoy segura de que te costará menos perdonar y no sentirás eso de “no puedo perdonar”. Recuerda que es un proceso lento y necesita su tiempo, pero te hará sentir mucho mejor.