Aprender a poner límites en tu vida
y ganar en asertividad
Seguro que en más de una ocasión te has enfadado y te has sentido frustrada porque no has sido capaz de decir NO a alguien o a algo. Por eso es importante aprender a poner límites.
En otras esperas que la otra persona adivine lo que necesitas. Te has sentido dolida cuando alguien no se ha ofrecido a echarte una mano, o cuando has pedido un favor y te han dicho que no. Incluso has sentido vergüenza si te has dado cuenta que has pagado por algo que no te han dado tal y como habías pedido.
Hay numerosas escenas cotidianas en las que nuestra asertividad se pone a prueba. ¿Y qué significa ser asertivo? Es algo tan sencillo y a la vez tan complicado como: tener la capacidad de expresar sentimientos, opiniones e ideas de manera libre, clara y sencilla.
Comunicarlo de la manera correcta, en el momento oportuno y a la persona indicada. Es respetarse y respetar a los demás. Es tener la capacidad de aprender a poner límites, decir NO y respetar el NO de los otros.
Se trata de una habilidad a la hora de comunicarnos y relacionarnos con los demás que podemos aprender a desarrollar y que nos ayuda en nuestro día a día.
Habitualmente nos comunicamos desde la pasividad o desde la agresividad. Esperamos que sean los otros los que adivinen nuestras necesidades y sentimientos. Y nos tomamos muy a pecho cuando alguien se niega a una de nuestras peticiones. Por no decir que nos sentimos obligados a acceder a las peticiones de los demás por el miedo al “qué dirán”.
La asertividad se desarrolla aplicándola. Por eso es importante que para aprender a poner límites tengas en cuenta que:
Los demás no tienen porqué saber cómo te sientes.
Si hay algo que te ha dolido, si tienes miedos o dudas, lo mejor será que lo expreses a tus personas de confianza. Que le indiques a quien te hizo daño cómo te has sentido, sin llegar a echar en cara su reacción, simplemente hablándole de tus sentimientos.
Comienza a poner límites.
Si no puedes acceder a las peticiones de los demás, comienza a decir NO. Posiblemente no puedas acercar a tu amigo al aeropuerto, o no te apetezca cenar con alguien… Un NO a tiempo es una victoria en tus límites.
Pide aquello que necesites.
Sin dar por sentado que tu interlocutor tiene que saberlo.
No te justifiques.
En muchas ocasiones tendemos a dar demasiadas explicaciones o a buscar una mentira piadosa. Sé honesto contigo y con los demás.
No te avergüences de tus logros.
Tienes derecho a tener éxito y triunfar. No eches por tierra tu trabajo y tus capacidades.
Paga por aquello que adquiriste.
Olvídate de la vergüenza y sé capaz de reclamar aquello por lo que pagaste. Si eres capaz de expresarlo desde el respeto, evitarás el enfado contigo mismo y con los demás.
Nunca olvides que tienes derecho a:
1. Tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
2. Decir NO sin sentirte culpable.
3. Pedir lo que se quiere y aceptar un No del interlocutor.
4. Cambiar de decisión u opinión.
5. Permitirte cometer errores.
6. Obtener aquello por lo que se ha pagado.
7. Ser independiente.
8. Tener éxito.
9. Decidir qué hacer con las propiedades, cuerpo y tiempo siempre que no se violen los derechos de otras personas.
10. Pedir información y ser informado.
Ahora ha llegado el momento de reconocer cómo te comunicas con los demás, qué derechos no pones en práctica y comenzar a aplicarlos. Aprender a poner límites te ayudará a mejorar tu seguridad, autoestima y a mantener mejores relaciones con los demás.